No todas las personas nacen con talento para escribir. Pero sí
prácticamente cualquiera puede desarrollar hábitos para mejorar la calidad y
entendimiento de su escritura. Por eso, te comparto algunos sencillos consejos
que te ayudarán a mejorar:
1.
Piensa
sobre qué escribirás antes de escribir
No hacerlo es una equivocación que muchos cometen. Antes de sentarte a escribir
asegúrate que tienes algo que decir y define claramente cómo lo quieres
expresar. No centres tu escritura en las palabras, sino en las ideas que
quieres transmitir. Te puede resultar muy útil un cuaderno de ideas.
2. Puntos, puntos, puntos
Para brindar una escritura fluida debes usar correctamente los signos de
puntuación. Evita los párrafos eternos de una sola oración. Y siempre que estés
tentado a escribir una coma piensa si se puede sustituir por un punto.
3. Dile adiós a los adjetivos y adverbios
Las descripciones son importantes para conseguir una buena narrativa, pero
muchas personas abusan de los adjetivos y adverbios. Revisa tu texto y observa
todas las palabras que puedes eliminar (por ejemplo: muy, realmente, quizás,
asombroso, increíble, verdaderamente, justo). Como expresó el cuentista Horacio
Quiroga “Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil”.
4. No repitas palabras
La amplitud de vocabulario, así como el nivel cultural de una persona se notan
en el uso excesivo de palabras. Busca sinónimos o conceptos que pudieran
reemplazar lo que escribiste.
5. Escribe con los cinco sentidos
6. Usa correctores de ortografía
Podría sonar obvio pero no todos lo hacen. Aunque la herramienta de Word es
bastante funcional, ten en cuenta que no arregla todos los errores, en especial
si se tratan de acentos diacríticos. Si no sabes cómo se usa una palabra,
simplemente no la uses.
7. Sé auténtico
No intentes sonar muy distinto a como hablas, ya que el lector lo notará, y
tampoco trates de imitar el estilo ni las ideas de alguien más. Nunca escribas
de un tema del que no conoces.
8. Ten un principio y un final
contundentes
Como en una buena obra de teatro o película, el principio es básico para
cautivar a la audiencia; mientras que el desenlace es lo que más recordará el
espectador en el largo plazo. Procura iniciar y terminar tus textos con fuerza.
Una buena idea es comenzar con una pregunta y acabar con la respuesta.
9. Lee mucho
Para ser un buen escritor es necesario ser un buen lector. Los libros,
artículos, revistas pueden entregarte
muchas ideas sobre cómo narrar una historia, así como pistas de ortografía y
vocabulario. Lee sobre diferentes temas y autores; además podrás usarlos como
referencias en tus textos.
10. Conoce a tu audiencia
Antes de escribir piensa a quién está dirigido tu mensaje. Imagínate cómo es tu
lector, ¿cuáles son sus intereses? ¿qué tipo de lenguaje usa? ¿dónde leería tu
texto? Tener esto en mente te servirá para elegir tu tono y tus temáticas.
11. Escribe diariamente
Haz de la escritura un hábito. No necesitas redactar 10 cuartillas, sino tener
un diario o bloc donde todos los días escribas algunas ideas o pensamientos.
12. Léelo en voz alta
Este ejercicio te ayudará a notar si la fluidez y tus pausas son correctas. Si
al leer una oración te quedas sin aliento, es momento de añadir un punto. Si
notas que tus palabras producen cacofonía (repetición de sonidos) reemplázalas
por otras.
13. Pide a alguien más que lo lea
Antes de publicar un texto pide a alguien de confianza -pero que no sea erudito
del tema- que te dé su retroalimentación. Así sabrás en qué punto ahondar, qué
cortar y si hay alguna frase confusa.
16. Elimina la paja
Como en todo, más no es mejor. Deshazte de esas frases repetitivas que no
aportan nada. Un buen texto no se mide por su longitud.
17. No te distraigas
Igual que en muchas otras actividades, escribir también requiere concentración. Así que antes de escribir asegúrate de
encontrarte en un ambiente relajante que invite a la inspiración. De ser
posible apaga tu móvil…y cualquier otro elemento que pudiera distraerte.
18. Revisa dos o más veces
La mayoría de los errores puede evitarse, o al menos disminuirse, con una
revisión. Lee cuidadosamente tu texto, revisa tu ortografía y las palabras que
usaste. Por otro lado, no caigas en el perfeccionismo: siempre sentirás que tu
texto puede mejorar, por lo que debes saber cuándo dejarlo.